¿Quién es el dueño de la Formula 1? la historia detrás del negocio más rápido del mundo
- Camila Albornoz
- hace 14 minutos
- 3 Min. de lectura
Detrás del glamour, los negocios mandan
Cuando pensamos en la Fórmula 1, solemos imaginarnos a pilotos como Hamilton o Verstappen, autos que superan los 300 km/h y circuitos tan icónicos como Mónaco o Monza. Pero hay un lado que no siempre se ve: el negocio. Y como todo gran negocio, alguien tiene el control. Entonces… ¿quién es el verdadero dueño de la Fórmula 1?

Fórmula 1: mucho más que un deporte
Antes de responder la pregunta, hay que entender algo importante: la F1 no es solo una categoría deportiva, es una empresa multimillonaria. Los equipos compiten por puntos, sí, pero también por sponsors, premios económicos y exposición global. Cada Gran Premio es un evento con impacto económico, turístico y mediático. Por eso, saber quién maneja todo esto no es un simple detalle: es entender cómo funciona una de las industrias del entretenimiento más potentes del mundo.
El dueño: Liberty Media
La Fórmula 1, como marca y producto comercial, pertenece desde 2017 a Liberty Media Corporation, una empresa estadounidense que cotiza en la bolsa y que se dedica a manejar activos del mundo del entretenimiento y las comunicaciones.
Compraron la F1 por unos 4.600 millones de dólares, y desde entonces no solo la gestionan, sino que la transformaron en un show global con mirada moderna, como cualquier marca que quiere conectar con nuevas audiencias.
¿Qué es Liberty Media?
Imaginá a Liberty como un fondo que invierte en negocios del espectáculo. Tienen (o han tenido) participación en empresas como SiriusXM (radio satelital), Live Nation (conciertos), y más. Manejan marcas, datos, audiencias y saben cómo hacer dinero con eso.
Su objetivo con la F1 no es solo que los autos corran, sino que el producto genere más valor: para sponsors, plataformas de streaming, ciudades anfitrionas y fanáticos de todo el mundo.
¿Qué cambiaron desde que llegaron?
Mucho. Liberty Media le dio una vuelta de tuerca a la F1. Entre los cambios más visibles están:
Mayor presencia digital: antes de 2017, la F1 ni siquiera tenía redes sociales activas. Hoy es una de las ligas deportivas con más crecimiento en TikTok e Instagram.
"Drive to Survive" en Netflix: la serie documental que humanizó a los pilotos y atrajo a una nueva generación de fans, especialmente en Estados Unidos.
Nuevas carreras en ciudades estratégicas: Miami, Las Vegas y Arabia Saudita no están solo por amor al automovilismo, sino porque pagan cifras millonarias por albergar una carrera que proyecta su imagen al mundo.
Más sponsors y licencias: desde videojuegos hasta colaboraciones con marcas de moda, la F1 ya no vive solo del paddock.

¿Y la FIA?
Acá hay una distinción clave. Liberty Media es dueña del negocio, pero la parte deportiva –las reglas, los reglamentos técnicos, la fiscalización– está a cargo de la FIA (Federación Internacional del Automóvil). Es como si Liberty organizara el show y la FIA se asegurara de que las reglas del juego se respeten. Un equilibrio entre espectáculo y deporte.
¿Quién manda entonces?
En términos de propiedad: Liberty Media.En términos deportivos: la FIA.Y en el día a día, quien coordina todo es Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, ex Ferrari y figura clave en esta nueva era.

¿Por qué esto importa si te interesan los negocios?
Porque la F1 es un caso de estudio ideal sobre cómo transformar un producto deportivo tradicional en una marca global de entretenimiento. Es un ejemplo de cómo el valor de una empresa no está solo en lo que ofrece, sino en cómo lo comunica, lo monetiza y lo adapta a nuevos tiempos.
Detrás de cada podio, cada cámara onboard y cada Gran Premio, hay negociaciones, contratos millonarios, acuerdos con gobiernos, estrategias de marketing y decisiones corporativas que impactan a millones.
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